Llama la atención que un grupo joven como vosotros haya encontrado el apoyo de Sala Guirigai,  una sala privada,dedicada a la creación, por donde pasan las mejores compañías del país, donde se os ha dado todo tipo de facilidades en tiempo de ensayos y recursos técnicos para mostrar de la manera mas profesional vuestro trabajo, dentro de su programa Residentes (Jóvenes artistas en Residencia).

Nuestro espectáculo plantea una línea creativa que no se ajusta a la mentalidad de los teatros públicos de la comarca en donde además tienes que alquilar el local y esto para un grupo nuevo poco conocido es una gran dificultad porque no tienes asegurada la taquilla. La Sala Guirigai nos ofrecéis la libertad creativa que necesitamos y nos pareció el espacio más adecuado.

Hacéis un tipo de teatro gestual, visual, surrealista, ácido y provocativo … ¿qué pretendéis con vuestro teatro?

Nuestro pensamiento se basa en imágenes sobre la que construimos una historia llevando las situaciones al límite  intentando  crear un contenido humorístico porque las emociones llevadas a un extremo acaban siendo absurdas. Intentamos hacer un teatro de imágenes con situaciones extremas.

Es un teatro espasmódico

Nosotros llevamos al escenario las modas y la realidad mediática. Lo más repudiado estéticamente, nosotros lo utilizamos, por ejemplo la mezcla sobre el escenario de la luz fucsia y verde en nuestro espectáculo muy poca gente se atrevería a utilizarlo, pero nosotros lo hemos escogido porque le da a la obra un carácter onírico y distanciador.  Los objetos que nos sirven para actuar en el escenario son reciclados o encontrados y nuestro vestuario lo compramos en mercadillos o alguien que nos regala vestidos que no se pone ya.

Es una obra de un gran esfuerzo físico en la puesta en escena

Sí, en primer lugar porque la construcción de los personajes está hecha desde la deformidad, tratando de que los personajes se alejen lo máximo de nosotros y en segundo lugar, claro, hay mucho rasgo físico en nuestro teatro porque cuenta con una presencia muy importante de la danza contemporánea.

¿Cuánta  crítica social  hay en vuestro espectáculo?

No es nuestro propósito hacer ningún tipo de crítica social lo que pasa es que luego sale porque estamos reflejando aquello que nos rodea, al fin y al cabo tratamos de lo que vivimos y puede salir un contenido crítico, pero no es algo consciente que vayamos buscando.

Llama la atención que unos jóvenes como vosotros tengáis una visión tan brutal y cruel de las relaciones familiares en este vuestro primer trabajo en donde el niño protagonista es en principio un adefesio, al que los padres tratan de destruir … ¿La realidad que interpretáis vosotros es tan deforme? ¿Por qué ese gusto por lo grotesco y por el kitsch?

El lenguaje que nosotros empleamos no es realista en ningún momento pero los temas que mostramos sí lo son, incluso la realidad se presenta mucho más cruel que en nuestro espectáculo.  Siempre en nuestra corta carrera nos hemos basado en la vida real. Las relaciones familiares que se muestran en la obra no tienen nada que ver con nuestras vidas (gracias a Dios), pero no es muy distinta de la vida real que nos llega en las noticias de la televisión, hay muchas semejanzas de El niño adefesio con muchos casos de nuestra realidad más reciente.

Habéis hecho de esa estética grotesca vuestro mejor lenguaje con vuestro un espectáculo, que situáis cronológicamente en los años sesenta de los USA, lo que también es un gesto de deformación.

Todos esos rasgos escénicos que estáis diciendo  va orientado a que el público se distancie al máximo de lo que está viendo en escena para replantearse críticamente la historia, siguiendo la teoría del teatro épico de Bertolt Brecht. Tratamos que el público se adentre desde el inicio en esa atmósfera.

¿Cómo es el proceso creativo de vuestro trabajo? ¿Cómo surge el texto?

El texto es de creación colectiva, escrito entre los tres. Proponemos una serie de imágenes sobre las que trabajamos el texto a partir de una estructura general de la obra. Pero el texto sale a partir de las imágenes, es puramente visual.

La Tarara Teatro tiene próximamente un encuentro teatral para compartir sus experiencias con otras compañías y otros públicos a los que sin duda conseguirán seducir con su estética arriesgada, un camino difícil en un mundo donde siempre prevalecen los criterios comerciales, de ahí que Sala Guirigai sea el escenario ideal para ofrecer nuevas ideas creativas y exigentes y comprometidas,  siempre dispuesta a asumir riesgos en lucha contra la atrofia creativa, y en este sentido, La Tarara Teatro participa de esta renovación crítica en la que confiamos irán consiguiendo los favores del público que ahora empieza a conocerlos.

Mira El niño adefesio