La cultura desempeña un papel fundamental en la evolución del proceso político europeo, nutriéndose en un flujo continuo desde la base de propuestas globales para derivar hacia soluciones locales y a la inversa, en un proceso retroalimentado de glocalización, fundiendo en su complementariedad ambas tendencias.

Ese fue el punto convergente en el que finalizó el debate organizado por la Asociación de Espectadores de la Sala Guirigai en unión con nuestra revista Madreselva, que congregó desde las ocho de la tarde durante alrededor de dos horas en la pasada tarde del jueves 8 de mayo a los representantes políticos regionales de los distintos partidos que concurren a las elecciones europeas de este año y que con tal motivo fueron invitados a exponer sus planteamientos sobre política cultural, junto a miembros de diversas asociaciones, agentes culturales y en general, ciudadanos inquietos sobre este tema ante las próximas elecciones europeas.

Cada uno de los cinco grupos políticos invitados designó a su representante en el debate. Por parte del PSOE asistió Rosa Balas. Víctor Cascos representó a IU-Los Verdes mientras que José Sigüenza representó a UPyD y por su parte la coalición regionalista PREX-CREX fue representada por Pedro Sanz. La organización extendió su invitación al grupo popular en el gobierno extremeño aunque,  por motivos desconocidos hasta la fecha, habiéndonos confirmado su presencia, no envió representante alguno, habiéndose de realizar el debate a silla vacía, a la espera de que en algún momento acudiera.

De acuerdo a las normas del debate moderado por el periodista Carlos Delgado, se estableció un turno de intervenciones de cinco minutos en los que cada partido expuso sus planes sobre política cultural en el marco europeo.

Los planteamientos de cada grupo político incidieron en considerar Europa un proyecto colectivo en búsqueda de una identidad común, apostando por diversas formas para ello, en la que el área cultural vertebraría todo el discurso político y social, de ahí que Rosa Balas declaró que era básico devolver la cultura al corazón de Europa,  un corazón bastante congestionado de intereses mercantiles que adulteran hoy su esencia, según alegó  Víctor Cascos, añadiendo la necesidad de construir una historia común europea que nos aparte de los criterios mercantiles que han provocado las desigualdades  entre la ciudadanía.  Una realidad que hay que equilibrar para generar más oportunidades, a propuesta de José Sigüenza, ya que el objetivo europeo es llegar, afirmó Pedro Sanz, no sólo a una integración económica sino a una integración global, política y cultural.

Esta construcción de la identidad europea pasa indefectiblemente por la acción educativa y por la modificación del marco económico dentro de nuestro entorno europeo, dos bloques éstos en donde pareció haber consenso  entre los cuatro ponentes y sobre los que propusieron diversas soluciones.

Pedro Sanz insistió en los valores de la educación partiendo de nuestra identidad regional que, a través del patrimonio deja de ser privativa de los extremeños para ser una cuestión europea. Justamente es la sensibilización y el fomento de la cultura el elemento que, a juicio de Rosa Balas,  permite igualar  los entornos rurales y los urbanos, y en este sentido habría que invertir más en educación lingüística para romper barreras de modo que, según ella, apostar por la cultura no puede ser cerrar bibliotecas, limitar horarios y reducir presupuestos. Incidiendo en los planes formativos del alumnado, José Sigüenza declaró que tiene que haber una educación europeísta unificando los currícula educativos. Y en la necesidad de formar y sensibilizar a la ciudadanía europea coincidió con Víctor Cascos, para quien hay una baja consideración social sobre la cultura,  se considera negativo tener cultura porque se quiere crear ciudadanos pasivos sin capacidad crítica, por lo que hay que proteger la cultura como bien público. 

La acción cultural exige la existencia de una articulación económica que la haga posible, sobre la que los cuatro candidatos se mostraron dispares. Dispares, sí, pero no divergentes, pues siguieron manteniendo la cohesión sobre la necesidad de la identidad europea, al igual que sobre los dos puntos anteriores.

De esta manera, los cuatro representantes políticos coincidieron en la necesidad de facilitar el acceso a la financiación pública y en este sentido Rosa Balas propuso la separación entre la banca privada (destinada puramente a operaciones especulativas) y  la banca de inversiones (destinada a financiar proyectos culturales) y así crear una economía inteligente que apueste por la creatividad y la cultura. Para Pedro Sanz la mejor fuente financiera para proteger el patrimonio cultural extremeño eran los fondos FEDER, destinados específicamente a ello y Victor Cascos propuso desde su grupo la reducción del IVA cultural al 4% para el fomento de la actividad cultural,  mientras que José Sigüenza  planteaba una fiscalidad común europea, inclinándose por el mecenazgo como forma de financiación, ya que no se puede subvencionar todo desde el estado, apuntando además  un matiz educativo, pues no serviría de nada subvencionar una realidad cultural mientras el ciudadano no se sensibilizara de esa realidad artística.El acto se revistió de una tónica diversa al pasar al tramo de participación del público. Entre las preguntas emitidas por los lectores de la revista Madreselva en nuestra interactividad digital (anunciada en el número anterior de nuestra revista) y las realizadas presencialmente por el público se podían distinguir tres focos principales de interés: en primer lugar, los aspectos económicos relativos principalmente al aspecto educativo, a la financiación de proyectos, y las orientaciones ideológicas y políticas del entorno europeo, que pasamos a detallar.

El acto se revistió de una tónica diversa al pasar al tramo de participación del público. Entre las preguntas emitidas por los lectores de la revista Madreselva en nuestra interactividad digital (anunciada en el número anterior de nuestra revista) y las realizadas presencialmente por el público se podían distinguir tres focos principales de interés: en primer lugar, los aspectos económicos relativos principalmente al aspecto educativo, a la financiación de proyectos, y las orientaciones ideológicas y políticas del entorno europeo, que pasamos a detallar.

Había un clima de bastante sensibilidad hacia aspectos educativos  en la sala, no en balde algunos asistentes eran profesores, como el caso de Karmele García, quien se lamentaba de que la sensibilización desde el proceso educativo  en los centros  no podía hacerse debido a recortes que impedían  a gran parte del alumnado desfavorecido asistir o desarrollar actos culturales, a lo que José Sigüenza replicó en un discurso (que enlazó con la inestabilidad de los planes educativos) que en realidad esto es el resultado de una crisis política, porque no interesa la política sino los aparatos políticos, que necesitan escenificar una diferencia para seguir polarizando la sociedad española.  

 Se trató de la problemática financiera para dotar de autonomía suficiente a las PYMES culturales. Desde el grupo socialista,  Sara Balas señaló que se  está trabajando para que las empresas del sector  puedan tener acceso a la liquidez con facilidad. Si bien José Sigüenza apostilló que no hay que depender tanto de las subvenciones.  Su grupo UPyD  propone nueva ley de mercado favoreciendo leyes fiscales culturales para que los ciudadanos decidan cómo invertir mejor su dinero en actividades relacionadas. Victor Cascos puntualizó sobre el problema de la aprobación de ayudas que  hay que subvencionar proyectos de acuerdo a criterios técnicos y profesionales, pero no con criterios políticos. Pero el problema no era sólo ese, a juicio de algunos asistentes entre los que se encontraba Magda García-Arenal, la directora de la Sala Guirigai, quien se  preguntaba que si bien los programas que vienen de Europa son las herramientas adecuadas , la realidad es que el Gobierno de Extremadura no las contempla, a lo que Pedro Sanz indicó la necesidad de  sensibilizar del valor de la cultura a nuestros dirigentes. El gestor social de #Lafábrikadetodalavida postuló que las ayudas no estaban adaptadas a las pequeñas asociaciones directamente relacionadas con la ciudadanía sino que están pensadas para sectores de poder y grandes corporaciones.

Y el dramaturgo Agustín Iglesias manifestó la dificultad manifiesta de desarrollar proyectos en Europa desde nuestra periferia debido a la descompensación de ayudas con respecto a nuestros vecinos europeos como Francia o Alemania.

Desde un plano estrictamente político o ideológico, la intervención de Eva Mª Arenales (gerente de la Mancomunidad Zafra-Río Bodión), fue bastante reveladora, declarando que la cultura del poder se nos impone, hay que pasar de la cultura del poder al poder de la cultura, cerrando el debate un comentario del poeta José Manuel Martín, quien reflexionó que el problema europeo no es sólo de financiación y reparto de euros sino el plantearnos un nuevo modelo radicalmente distinto donde no decidan los ministerios sino los ciudadanos y en el que la cultura se ponga al servicio de la libertad, la dignidad y la justicia, y no al servicio del dinero. ¿Tenemos alguna capacidad y posibilidad real de transformar el rumbo de Europa?

Una inquietante pregunta que nos toca responder a todos como ciudadanos en las próximas elecciones al parlamento europeo y que desde la Sala Guirigai y la revista Madreselva hemos querido plantear a nuestro público en esta jornada intensa de debate en la convicción de que era necesario un espacio de comunicación donde  compartir nuestras ideas, y que sin duda está planteando ya nuevos debates, señal de que una nueva realidad se está asomando en el horizonte.