El arquitecto Miguel Angel Domínguez Campos plantea unas consideraciones sobre el PGOU de Zafra
Recientemente, el pasado 3 de Agosto, ha finalizado el plazo de Alegaciones referentes a la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Zafra vigente desde 1988, tras la aprobación inicial, por parte del Pleno de la Corporación Municipal en sesión extraordinaria celebrada el día 13 de mayo.
Esta mera introducción, que suena a bando municipal, no tiene más que abrir ante nuestros ojos un asunto del que, quizás y sin un somero estudio más que el del propio entorno, es desconocido por bastantes ciudadanos. Términos que aparecen en una figura urbanística que va a determinar y definir el futuro desarrollo de nuestra ciudad, ¡ casi en todos los sentidos ¡. De él van a depender las futuras discusiones de corrillos callejeros sobre el “puedo o no puedo”, tal y como viene ocurriendo desde el que aún está en vigor y que se paraliza por este nuevo documento. Su interpretación y transigencia por nuestra parte vendrá determinada por nuestras necesidades futuras. Que por parte de las autoridades no quede que se expuso al público y así es, pero cuantas sorpresas nos deparará; si es verdad que todo está amparado en una legislación sobre la Ley del Suelo y Ordenación Territorial de Extremadura y, en cualquier caso siempre justificado, además de estar redactado por unos profesionales en la materia que no dejan lugar a dudas.
Cuando podamos leer su contenido definitivo, se estará hablando de unas especificaciones que determinarán el desarrollo de nuestra ciudad, tanto desde el punto de vista patrimonial, que es mucho, y desde el punto de vista socio-económico para las actuales y futuras generaciones. Así contamos con un Conjunto Histórico declarado de Interés Cultural nacido de la famosa “Almendra” que formalizó el señorío de Feria en el siglo XV con la construcción del recinto amurallado y que podemos considerar como el primer planeamiento urbanístico documentado de Zafra o de Cafra, si no con unas trazas dibujadas sobre un plano, sí sobre unos terrenos, por entonces explanadas, huertas y casonas, todos ellos entre pasos y caminos direccionales que venían a considerar un futuro como el que plantea el nuevo Plan sobre un almendro ya maduro con ramas y frutos , algunos secos, otros brotando y sobre el que se realizan podas estacionales como las revisiones y redacciones de nuevos planes.
Sería interesante ir conociendo la forja de este entramado, no solo local sino comarcal, del que ya hay bastantes escrito, pero que bien viene ir recordando de vez en cuando, porque nos hará entender mejor nuestro presente y futuro urbanístico, que no es más que la expresión de nuestra sociabilidad. Así cuando se plasme definitivamente la incorporación del Nuevo Plan Municipal de Zafra como elemento regulador, estará a nuestra disposición un documento íntegro del que todos deberíamos saber de su existencia y al que desde este espacio que me brinda esta revista, me gustaría dar a conocer de forma serial en su edición mensual, en los puntos más importantes y quizás más atrayente para un público (en cual me incluyo) inmerso en una situación económica, si bien difícil también diferente a otros tiempos, fuera siempre de cualquier interpretación subjetiva y fuera también de la profesionalización sectorial a la que parece aludir cuando aparece cualquier tema URBANÍSTICO en nuestro entorno.
Quedémonos púes con este nombre PLAN GENERAL MUNICIPAL DE ZAFRA.
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