Poeta de lenta digestión, Benito Estrella nos ofrece su último poemario, tras veinte años redondeando su última obra poética desde la aparición del Libro de la memoria y el olvido (en la Colección Alcazaba de la Diputación de Badajoz, 1993).
Si aquel libro se elaboró como especie de vademécum poético-didáctico a una hipotética narrataria o destinataria(actitud que deriva de la faceta de brillante pedagogo del autor), en Izana encontramos una voz poética más allá del tiempo que nos confiesa abiertamente el vago estímulo vital que le alienta desde la atalaya de su mirada retrospectiva.
Una monodia desencantada pero serena y sobria que nos sumerge en diversos ámbitos de una vida que se incardina con el acto de creación y en cuya base se encuentra el sentimiento amoroso como esperanza de un mañana que (para el yo lírico) parece estar desdibujado dada su expresión siempre contenida y honda, pese al manso discurrir de la naturaleza y el sedimento de gentes y de historias rurales y cotidianas desplegadas entre los versos, que van moldeando una visión panteísta y cósmica.
Imagen: Óleo de Sacramento Guillén
Ahora, por donde vas,
todo se vuelve y transmuta en piel,
en afueras alrededor de un hueco.
Se invierte lo que tocas,
y tus pasos te llevan
más lejos cada vez
del centro de la luz de la ciudad
que habitas y te habita.
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