Entrevistamos al empresario y filántropo Diego Hidalgo Schnur, primer español que formó parte de la directiva del Banco Mundial a mediados de los 60, tras lo cual y siempre en la cumbre, ha forjado su trayectoria como prestigioso hombre político fundador de organizaciones en apoyo a las transformaciones sociales como la FRIDE (Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior), miembro del Club de Roma o el Club de Madrid, su labor como dinamizador social es incansable promoviendo valores educativos y sociales para transformar el medio social. En el año 2000 promueve y es socio fundador de Fundación Maimona dedicada al fomento industrial de Los Santos de Maimona. Madrileño de nacimiento, santeño de padre y madre alemana, Diego Hidalgo es un caballero español que en su cosmopolitismo se codea con los grandes dirigentes mundiales, viaja por todo el globo invitado a diversas cumbres, pronuncia conferencias, y sobre todo inspira acuerdos y voluntades. El pasado 4 de junio visitó Zafra para hablar sobre el futuro de España a instancias del Foro Zafrense en el Hotel Huerta Honda, ocasión que aprovechamos para entrevistarle minutos antes de la charla.
¿Cree que la Fundación Maimona está cumpliendo los objetivos que se propuso cuando fue creada?
Creo que sí. La Fundación Maimona ha tenido varias fases. Ha sufrido la crisis con Los Santos de Maimona, igual que en toda España. La crisis ha sido especialmente dura pero todos los proyectos que se pre-evaluaron entre el año 99 y 2000 se hicieron. La Residencia de Mayores, la Escuela de Música, el dar terreno industrial al Ayuntamiento para que se pudiera hacer un Parque Industrial … luego con el impulso de Alejandro Hernández y del Patronato empezaron a realizarse 60-70 proyectos que creaban empleos. Después vino el Teatro Guirigai, la Escuela de Cocineros… Yo creo que ahora estamos más integrados en la población y me parece impresionante que en el año 2012, de 17 ciudades que fueron declaradas Ciudades de la Ciencia y la Innovación, entre las grandes, se encontrasen Los Santos de Maimona como un Centro Tecnológico de referencia. Un pueblo que estaba en un trayecto descendente. La corporación empresarial creo que tiene un gran futuro y soy optimista con Extremadura.
Hablando de desarrollo ¿qué acción habría que emprender para promover el desarrollo local?
Una de las cosas es, desde luego, implicar a todos los ciudadanos. Me hablaba Alejandro Hernández Renner, director de la Fundación Maimona, que las organizaciones tienen que acometer problemas que preocupan a la gente. Por ejemplo, una de las fundaciones que he ayudado a crear en Europa se llama Education for employ y se trata de integrar todos esos jóvenes desempleados (ninis, que ni estudian ni trabajan) para que se hagan autónomos. Creo que todo esto va por ahí, por implicar a la gente. Luego también creo que las empresas tienen poco margen de maniobra en ese régimen global porque tienen que competir. Hay una responsabilidad social corporativa, pero generalmente es cosmética. Los gobiernos no pueden endeudarse. Cuando escribí El futuro de España teníamos un déficit importante pero no teníamos tanta deuda. De hecho el año 2008 la deuda exterior y la deuda pública eran del 40% del PIB. Ahora estamos muy endeudados tanto en el sector público como en el privado y va creciendo la deuda. Tenemos poco margen de maniobra. España es un país muy solidario y creo que cuando hay una catástrofe el pueblo se vuelca. Las grandes fortunas y los potenciales filántropos no están. Y estos sí tienen margen de maniobra. He sido una de esas clases privilegiadas porque tenía el 5% de PRISA. Luego las acciones bajaron de 20 euros a 20 céntimos y entonces mis posibilidades de filantropía han decrecido. Pero durante esta crisis se ha creado una gran desigualdad y hay muchas personas con miles de millones y estas personas si dedicaran una parte de sus recursos a hacer una filantropía inteligente pueden hacer mucho.
Me acuerdo de una anécdota de cuando yo estaba en el Banco Mundial. Me contó un industrial de calzado francés que su empresa había enviado un experto en marketing al Congo (el actual Zaire) y otro al Camerún para que valorasen el mercado potencial que hubiera en esas zonas. El del Congo dijo que allí era horroroso, no había ningún mercado porque toda la gente va descalza así que no podrían vender ni un zapato. En cambio el de Camerún envió un telegrama explosivo y lleno de optimismo diciendo que tenían un mercado fantástico porque allí nadie tenía zapatos. Entonces cuando yo veo la carencia de la filantropía en España pienso que no puede ir a peor. Seguro que iremos a mejor. Y seguro que esto va a crecer. La gente que tiene miles de millones, que las hay, generalmente se justifican diciendo que las leyes fiscales no les autorizan a deducir de los impuestos y tal, y yo siempre que me preguntan por qué hay tantos filántropos en EE UU y no aquí les digo que gente como Bill Gates no ha deducido nada poniendo dinero en su fundación. Eso es una coartada falsa. Hay una especie de código moral que tienen los americanos (y que deberíamos tener nosotros) de que si ocupamos una situación privilegiada en la sociedad, es porque la sociedad nos ha permitido ganarlo (da igual si por herencia o por esfuerzo personal) pero es la sociedad la que le ha permitido acumular esos recursos y no sólo recursos, el empresario también puede dar conocimientos para realizar una buena causa. Creo que la sociedad española puede y debe evolucionar por ahí.
José Juan Martínez Bueso/ Francisco Lucas
Foto: Francisco Lucas
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