Eres un pionero de la poesía experimental en Andalucía, tú organizaste heroicamente las primeras jornadas en Sevilla en el 80, ¿qué te impulsó a montar este festival y qué ambiente existía en aquel entonces?

Antes, en noviembre de 1978, organicé el 1er Encuentro de Poesía Visual en Sevilla. En 1980 fue Concretismo 80, homenaje a la Poesía Concreta de Brasil, en el que participaron creadores de todo el mundo. Yo había vivido en Brasil entre 1975 y 1976; allí tuve mucho contacto con los creadores de la Poesía Concreta, Haroldo de Campos, Augusto de Campos y Décio Pignatari [miembros del grupo Noigandres -1968, introductores de la poesía visual en América del Sur] y con el neoconcretista Mario Chamie. Traté de importar su conocimiento, teoría y práctica a España. En aquella época Rafael de Cózar había organizado algún evento sobre la poesía visual en Sevilla.

Tu labor de editor filológico (es decir, quien  prepara y comenta la edición de una obra ya publicada, generalmente la de un autor clásico de referencia) ¿condiciona de algún modo tu faceta creativa como poeta y narrador?

Es inevitable que ocurra. Estoy en contra de la teoría que dice que un poeta no puede ser un buen profesor de literatura. Todos procedemos por conocimientos previos del arte, que manipulamos y ampliamos, o tratamos de hacerlo. Nada se inventa de la nada. Para un auténtico creador la huella de lo anterior no es tan evidente; el mediocre cae en el plagio porque no puede remontar su pobre espacio. La influencia de un autor clásico ha de ser sutil, apenas perceptible, porque el creador tampoco sabe que está usando materiales ya establecidos. Si yo noto que sigo de cerca la creación de un autor previo dejo inmediatamente de escribir porque no creo que lo creado sea mío, no lo doy por válido.

Tu labor pictórica está teñida de narratividad en la poesía visual y una gran vitalidad plástica, ¿de qué manera influye en tu poesía?

Desde muy niño me recuerdo con un lápiz en la mano; es el inicio de la creación imagino. A partir de los trece años comencé a escribir poesía, bajo la estela de Juan Ramón Jiménez; era una época de acumulación de sentimientos y necesidad de expresarlos. Creo que esta faceta tenía en mí más consideración de arte. Ahora no diferencio ninguna de las formas de creación, la plástica y la literaria. La Poesía Visual se ha convertido en la forma idónea de crear, de no tener que elegir entre una u otra forma de creación. Siempre he dicho que me gustaría escribir como un pintor y pintar como un poeta.

Por cierto, tú reniegas de clasificaciones taxativas entre tu poesía versal y poesía experimental y visual, ¿cómo entiendes la poesía?

Poesía es expresar el sentimiento, las ideas. Los sentimientos tienen color y forma; las ideas contienen emociones. El creador trata de explicar su universo personal, confrontarlo con el universo general para ubicarse en el mundo. Y el universo está lleno de palabras, de formas, de color  que son nuestro diccionario. Con la poesía escrita el universo se ha ido haciendo progresivamente más ambiguo, ha aumentado la libertad de la palabra, en alguna medida se nos ha escapado su dominio total. El objeto visual es de captación más rápida en este universo de prisas y distancias en que vivimos, y camina en un proceso de sustitución de la palabra. Es al mismo tiempo más concreto; la palabra puede tener más significados que un objeto, de naturaleza más objetiva. El objeto es lo que es, la palabra es lo que entendemos que es. Lo visual es al mismo tiempo más internacional; no exige necesariamente una traducción.

José Juan Martínez Bueso