Isabel Moro recrea la leyenda de esta extraña dama del siglo XVI del norte de Extremadura, lanzada al monte por despecho, pasando su vida entre el bandolerismo y el mal de amores.
Cuenta la leyenda que Isabel de Carvajal, de familia de clase media, era una mujer de una belleza sin igual. Pero esta belleza era perfectamente compatible con su fortaleza física y su valentía. Tenía aficiones propias en aquella época de los hombres. Le gustaba la caza de animales como el lobo y el jabalí. Recorría la sierra de punta a punta y tiraba con su ballesta, pero todas estas aficiones no limitaban un ápice su feminidad.
La Sierra de Tormantos, fue según cuentan, el escenario donde Isabel de Carvajal la Serrana de la Vera llevara a cabo sus crímenes allá por el siglo XVI, utilizando para ello su fortaleza y su belleza, cumpliendo así su venganza con todo hombre que se cruzaba en su camino.
De Garganta la Olla (Cáceres) Isabel se enamoró de un caballero de buena familia, sobrino del que fuera por aquel entonces obispo de Plasencia. Pero este caballero de familia noble, después de seducirla y enamorarla, la abandonó.
En una mezcla de desamor, humillación y desesperación, la Serrana de la Vera se marcha sola a la Sierra. Durante mucho tiempo, su cuerpo fuerte y ágil aguantó la soledad en una cueva, alimentándose de lo que conseguía cazar con su ballesta.
Entonces fue cuando comienza su venganza. Para ello asaltaba a cuanto hombre se cruzaba en su camino. Pero esto lo hace de una forma muy peculiar. Una vez que los seduce y los engaña, los lleva a su cueva, les ofrece suculentos platos de comida y hace el amor con ellos, satisfaciendo sus deseos más íntimos y luego los mata.
Los va enterrando en un paraje que está lleno de cruces de tumbas de todas sus víctimas. Pero un día, uno de los hombres que se llevó a su cueva consiguió huir de ella. Le persiguió durante mucho tiempo pero no pudo darle alcance y viéndose derrotada y desesperada, le gritaba que no contara a nadie dónde estaba su cueva.
El pastor que consiguió escapar llega al pueblo y cuenta lo sucedido ante el asombro de todos. Fue detenida y dicen que ahorcada por los crímenes cometidos.
Una leyenda curiosa, hermosa y trágica. Hoy en día recorrer la ruta de la Serrana de la Vera hace que sientas algo especial pero tendrás que hacerla para comprobarlo.
Fuente foto: Jörn Wendland
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