El jurado presidido por Inma Chacón tras reunirse en deliberación el sábado 26 de noviembre, acordó tras votación consignar el XI Premio Dulce Chacón a La Habitación de Nona, obra de Cristina Fernández Cubas editada por Tusquets Editores en Barcelona. Aparte de la citada presidenta, el jurado fue constituido por Luis García Jambrina, Manuel Pecellín, Victor Charneco y los tres representantes institucionales del premio: Eduardo Moga, director de la Editora Regional Extremeña, como delegado de la Junta de Extremadura, Elisa Moriano como miembro de la Diputación de Badajoz en su sección cultural y Rosa Monreal, concejala de cultura del Ayuntamiento de Zafra, participando como secretario José Juan Martínez Bueso, con voz pero sin voto.

La habitación de Nona (Tusquets, Barcelona, 2015) es un volumen de seis relatos unificados en cuanto a un criterio estilístico y un tenue hilo temático que va creando un armónico tapiz que refleja un cálido universo propio, como de hecho, la cita de Einstein con la que la autora abre el libro, pone de manifiesto: La realidad es simplemente una ilusión, aunque muy persistente.

Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, 1945) es una escritora de relatos con bastante oficio, que sabe crear universos muy personales dotándoles además de una atmósfera poética y cordial que rodea a sus personajes. Gran parte de su encanto deriva de la red de suposiciones e implicaturas que va trazando en su escritura y en la que nos va implicando a los lectores hasta sumergirnos inadvertidamente en su juego.

Reflejos especulares en una adecuada dosis de intriga que nos alerta e inquieta hasta resolver finalmente en un golpe de mano, como un revés de la conciencia, la acción desde la voz narradora, desdoblada y filtrada. De esta manera, el primer cuento (que le da título al volumen) encajaría como marco contextual-referente sobre el que giran los siguientes, ampliando el universo del mundo creado, narrado siempre desde una voz femenina (al modo de una Sherezade contemporánea) que no siempre atinamos a identificar, en estas historias siempre evocadas, creando así otro grado más de distancia y juicio sobre lo relatado, infundiendo gran humanidad a sus personajes que en esta obra indagan sobre aspectos de su propio pasado buscando su indentidad, intentando resolver el sentido de su propia realidad, poniendo de manifiesto una problemática a veces dolorosa a veces jocosa que les dote de significado en cuanto seres.

Esta es la magia de Cristina Fernández Cubas que, con su obra, reivindica nuevamente (al igual que Hidalgo Bayal y Landero en las dos ediciones precedentes, 2013 y 2015) el espacio para el género breve, una categoría que, una etapa editorial de cierta recensión (tras el impulso durante los 90 con autores como Atxaga o Vázquez Montalbán) regresa con fuerza, cambiando su discurso (recordemos que el cuento, debido a su naturaleza, se ha divulgado tradicionalmente bajo el formato de revistas y, en menor medida, agrupados en libro) ocupando el circuito que merece, reconducidos decimos bajo un criterio que los hace en su conjunto obras novelísticas (que como sabemos supone el desarrollo de la acción progresivamente desde un inicio hacia su fin en una estructura unitaria).

Como quiera que sea, el XI Dulce Chacón de narrativa española conseguido por Cristina Fernández Cubas con La habitación de Nona (galardón que viene a sumarse al Premio Nacional de la Crítica de 2015 y el Premio Nacional de Literatura este mismo año) es una sabrosa obra donde nos encontraremos reflejados (y entrampados) en nuestras propias contradicciones y también ilusiones que aunque a veces nos complican, también y sobre todo dignifican nuestra existencia con ese latido sencillo pero infatigable de nuestra ilusión por avanzar haciendo camino.

José Juan Martínez Bueso   

Foto: Fernando Valls

Otros artículos relacionados:

• Luis Landero ya tiene su Dulce
• Un Dulce para Gonzalo Hidalgo